Compositor majestuoso y exponente
de la música clásica: ¿quién fue Alberto Ginastera?
El talentoso compositor dejó como
legado en la ciudad el conservatorio Gilardo Gilardi. En su homenaje la sala
principal del Teatro Argentino lleva su nombre
Alberto Evaristo Ginastera,
considerado por la crítica como el compositor argentino más destacado de música
clásica contemporánea de América Latina, nació en Barracas el 11 de abril de
1916. Estudió en Nueva York, recorrió el mundo y murió en Ginebra en 1983. En
La Plata fundó, en 1949, el Conservatorio de Música y Arte Escénico que luego
tomó en nombre de Gilardo Gilardi, y se convirtió en uno de los más
prestigiosos centros de formación de grandes músicos.
Desde pequeño mostró inclinación
hacia la música y comenzó tomando clases particulares de flauta. Tras formarse
en el Conservatorio Williams y luego en el Conservatorio Nacional de Música.
Fue de donde egresó en 1938, bajo la tutela de maestros como Athos Palma, José
Gil y José André.
Tenía apenas 22 años y aún no se
había graduado cuando compuso su primera obra, la suite del Ballet Panambí,
estrenada en 1937 en el Teatro Colón por el director argentino Juan José
Castro, quien tres años más tarde se presentó en el mismo teatro en su versión
integral. Desde entonces su nombre comenzó a destacarse, no solo en el país,
sino también en el extranjero.
Por su destreza para la
composición obtuvo una beca Guggenheim que lo llevó, en 1945, a radicarse por
dos años en Estados Unidos. Heredero de una estirpe de grandes músicos,
Ginastera se especializó con Aaron Copland, uno de los compositores más
emblemáticos de la identidad musical norteamericana. Durante ese período visitó
universidades, escuelas de música y asistió al Festival de Tanglewood de 1946
donde se ejecutaron composiciones suyas.
Al regresar a la Argentina se
dedicó a la enseñanza. Guiado por su idea de concebir un “nacionalismo musical”
en base a mezclar ritmos clásicos y autóctonos Ginastera pensó en crear un
espacio moderno de aprendizaje que renovara el estilo de los antiguos
institutos en los que se había formado.
CONSERVATORIO PLATENSE
Ginastera dio vida en La Plata al
Conservatorio de Música y Arte Escénico, una institución terciaria para la que
planificó una academia de estudios musicales de avanzada que contemplaría
además de la formación musical los aspectos profesionales y artísticos del
desarrollo integral de un músico. Su creación fue aprobada por Ley N.º 5322,
sancionada el 29 de octubre de 1948 y promulgada el 23 de noviembre de 1948.
El conservatorio se inauguró el
18 de mayo de 1949 y Ginastera fue, además de alma mater, su primer director.
El resultado de esta propuesta pedagógica fue tan fructífero que dos años más
tarde se inauguró una nueva sede en la localidad de Banfield, en Lomas de
Zamora.
En aquel centro de formación hubo
profesores de excelencia como Luis Gianneo, Carlos Perelli, Milagros de la
Vega, Gilardo Gilardi, Floro Ugarte, Juan Giaccobe o Erwin Leurchter.
Después de peregrinar por
distintas sedes, el Conservatorio Gilardo Gilardi está ubicado en el Palacio
Servente de Tolosa, que donado por la familia Servente al Estado provincial fue
antes un orfanato. En un entorno ideal para la creación artística el lugar,
donde se han formado grandes músicos nacionales, cuenta hoy con más de cuarenta
aulas y varios auditorios. En 1960 se había visto frustrada la propuesta de
designar el conservatorio platense con su nombre ya que, de acuerdo con su
estatuto, estaba prohibido designar a la institución con el nombre de una
persona viva. Así fue que en 1963 al morir Gilardo Gilardi, docente y
compositor de la institución, el conservatorio adoptó su nombre.
En 2016, al cumplirse el
centenario del nacimiento de Ginastera la ópera "Beatrix Cenci" se
presentó en el Teatro Colón
Suele recordarse que por discrepancias
con el gobierno peronista dejó su puesto en La Plata y se abocó a componer.
Tras el golpe que instauró la llamada Revolución Libertadora volvió al
conservatorio platense en 1956 aunque al año siguiente fundó, junto con otros
músicos, la Liga de Compositores y la Facultad de Música de la que fue el
primer decano.
Presidió la Sección Argentina de
la Sociedad Internacional de Música Contemporánea y miembro de la Academia
Nacional de Bellas Artes de la que fue nombrado como Académico de Número el 12
de junio de 1957. También promovió y dirigió el Centro Latinoamericano de Altos
Estudios Musicales del Instituto Di Tella. Arte de vanguardia era la propuesta
dirigida a compositores jóvenes de toda Latinoamérica, sobre quienes volcó sus
experiencias. Ginastera formó compositores argentinos de la talla de Tauriello,
Gandini y Kriegier. Entre sus numerosos discípulos estuvo nada menos que Ástor
Piazzolla, a quien enseñó armonía clásica.
"Ginastera tenía el aspecto
de un gran intelectual. Siempre hacía gala de que era perito mercantil. Sobrio,
muy circunspecto, cuidado en el decir. Era una persona que, por su manera de
ser, claro, altri tempi, parecía más bien un gerente de banco o un ejecutivo
que un músico", contó alguna vez el pianista y docente Carlos Bellisomi,
que también fue su alumno y se jubiló como profesor del conservatorio platense.
Para el director de cine y ópera
platense Nicolás Isasi Ginastera fue "un destacadísimo profesor e
intelectual que es, sin lugar a dudas, el mayor exponente que dio el país en el
ámbito de la música académica". Según Isasi, que también es docente y
crítico de arte, se trata del "compositor argentino más interpretado por
las orquestas de todo el mundo".
TRES PERIODOS
El propio compositor dividió su
producción en tres períodos cronológicos y estilísticos diferentes. El primero
es su período que él mismo bautizó como “nacionalismo objetivo”, con presencia
de elementos folclóricos. Luego le siguió una fase de “nacionalismo subjetivo”,
en la que cobra preminencia la música académica con la influencia de sus
estudios en Nueva York; y, finalmente “neoexpresionismo” donde introduce la
técnica dodecafónica.
Su primera Opera titulada Don
Rodrigo fue estrenada en el Teatro Colón de Buenos Aires el 24 de julio de 1964
bajo la dirección de Bruno Bartoletti. El 22 de febrero de 1966 la obra se
presentó en Nueva York para la inauguración del New York State Theatre como
residencia permanente de la New York City Opera y contó con la actuación del
tenor Placido Domingo en el rol protagónico, siendo éste el primer papel
importante en su carrera.
Entre sus creaciones más
importantes se destaca la ópera Bomarzo (1967), basada en la novela homónima de
Manuel Mujica Láinez, que fue prohibida durante el gobierno del general Juan
Carlos Onganía esta Solo pudo ser estrenada en 1972 y fue repuesta en 1984 y
2003. En 2007 la obra fue filmada en Italia. Las óperas le valieron grandes
elogios de la crítica que lo calificó como uno de los renovadores de la ópera
contemporánea.
Ginastera también escribió
conciertos para piano, para chelo, para violín y para arpa; otras piezas
orquestales como ballets, música de cámara y varios números de piezas para
piano. Además de sus juveniles ballets Estancia y Panambí, compuso para la
escena una tercera ópera: Beatrix Cenci, encargada por la Opera Society de
Washington para la temporada inaugural del Kennedy Memorial. El artista también
compuso música para películas y obras de teatro.
Si hay algo que caracteriza a la
obra de Ginastera es su vigor rítmico. En ocasión de cumplirse el centenario
del nacimiento de Ginastera la obra Beatrix Cenci fue presentado en el Colón. entonces
el dramaturgo Alejandro Tantanian, responsable de la dirección escénica sostuvo
que: "el poder dramático que su música otorga a sus trabajos es realmente
extraordinario", Tantanian, un dramaturgo que dirigió el teatro Cervantes
y en 2016.
Entre los reconocimientos
recibidos, fue distinguido por el Gobierno de Francia con la Orden de las Artes
y las Letras, designado Doctor en Música por la Universidad de Yale, miembro de
la Academia Brasileira de Música, de la Facultad de Ciencias Artes Musicales de
la Universidad de Chile y de la Academia de Artes y Ciencias de Boston. Fue
honrado en varias oportunidades con importantes invitaciones de gobiernos e
instituciones, entre ellas del State Department de los Estados Unidos en 1958,
del Senado de Berlín Occidental como compositor en residencia en 1965 y del
Darmouth College en 1968 como profesor invitado. Recibió el encargo de obras de
Lincoln Kirstein para el Ballet Car.
Alguna vez, siendo estudiante, la
destacada musicóloga Amalia "Pola" Suárez Urtubey le preguntó a
Ginastera por la creación. "La creación. además de orden es, para mí,
impulso. El impulso creador se manifiesta en el artista cuando la imagen
surgida en su mente ha cobrado una forma concreta. Es que los románticos
llamaban inspiración y que yo creo, es la consolidación de una idea” señaló. Y
agregó: “Creo que, frente a ese arte experimental, revolucionario y efímero,
está el arte constructivo, ordenado, perdurable. Y yo me declaro partidario de
este último. Porque entiendo que revolución es caos y así como no se puede
vivir en estado de permanente revolución, el arte tampoco puede subsistir
dentro del perpetuo caos". Según su mirada, "el arte es constructivo
por eficiencia. La calidad revolucionaria generalmente se Ie atribuye a los
artistas en nuestros días con intención laudatoria, tal vez porque vivimos en
una época en que la revolución tiene una especie de prestigio entre la élite de
ayer. Entendámonos bien. Soy el primero en reconocer que la audacia es el motor
de las más bellas y grandes acciones; razón de más para no ponerla
inconsideradamente al servicio del desorden y de los apetitos brutales con la
voluntad de causar sensación a todo precio".
En el libro Alberto Ginastera
escrito por Suarez Urtubey y editado por la Subsecretaría de Cultura se
analiza, precisamente, su obra y su posición estética. El lenguaje musical de
Ginastera resulta inconfundible pues, como dijo Harold Schoenberg, crítico del
New York Times: “Ginastera emplea los procedimientos modernos e inventa algunos
propios”.
Sus composiciones figuran en los repertorios
de los más importantes solistas, orquestas y teatro líricos del mundo y se
ejecutan habitualmente en festivales Internacionales de Washington, Caracas y
Montevideo o los de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea, entre
muchos otros.
La vida íntima y de hombre de
mundo de Ginastera está reflejada en el libro De padre a hija. Cartas de
Alberto Ginastera a su hija Georgina escrito por Cecilia Scalisi en base a los
recuerdos que brotan de las cartas que el compositor escribía a sus familiares
y que por años guardó su hija Georgina Ginastera.
Luego de recalar en Argentina en
1968, Ginastera emigró hacia Europa a principios de la década del 70. Se
instaló en Ginebra donde falleció el 25 de junio de 1983. Sus restos se
encuentran en el Cementerio de los Reyes de la capital Suiza, a pocos metros
del célebre escritor Jorge Luis Borges. Los dos unicos americanos que yacen en el lugar.
Begum / P.Morosi